Hace un par de días estuve sentado en unos de los asientos de El Empalme y pregunté a varios visitantes del lugar, ¿por qué el sector se denomina así? Y, confundidos por no saber dar la respuesta, me propuse responderle por escrito, porque al parecer hay muchas personas que desconocen los antecedentes históricos de este sector.
Razón de ser
Al constituirse la Primera Compañía Inglesa Ferroviaria, alrededor de 1860, tendió líneas hacia el sur pasando hacia La Cantera, El Peñón, Tambillos, Panulcillo y Ovalle y hacia el norte La Serena y Elqui (estación terminal Rivadavia) y acá en este sector al comenzar las avenidas Matta y Videla, se producía la bifurcación o empalme, la que iba hacia el sur por la calle Videla y la que iba hacia el norte por la calle Juan A. Ríos y aquí se construyó la Estación Empalme. Antes, estas avenidas eran sendos potreros y alguna modesta construcción. En lo que es hoy la avenida Videla existían unos callejones por donde se llegaba a los estanques de agua potable y también a unas chacras y quintas, al final la cancha del estanque (hoy el estadio mundialista). La "Estación Empalme" absorbía a todos los pasajeros de Coquimbo. Allí se encontraban las boleterías y los asientos. Cada espera era envuelta con un caluroso y azaroso sol hasta el año 1903, cuando la empresa francesa "Schneider y Cía." construye un techo metálico para evitar las molestias ocasionadas. Recordemos que la línea férrea transitaba por calle Aldunate, partiendo desde la "Estación Vieja" o "Estación de Abajo" que se encontraba cerca del muelle y la maestranza. Las vías se denominaban "línea a La Serena y línea a Ovalle". El ferrocarril funcionó desde abril de 1862 hasta el año 1953.
Comercio en El Empalme
Todo su entorno era de un inmenso comercio detallista y vendedores. Para muchos se le conocía como "Un Cinco de Queso", por sus características cuyas construcciones comenzaban en forma angosta y terminaban agrandándose en el otro extremo, lo que daba una forma de queso tal como se vendía en aquellos tiempos. Existía un local de venta de cigarrillos, en su mayoría tabacos importados propiedad de don Ricardo Flores. Existía la peluquería del "Chato Marino". En una esquina estaba la frutería "Modelo N°2" de propiedad de don Julio Sepúlveda, hermano del que fue Intendente don Eduardo Sepúlveda. En la esquina de Aldunate con Henríquez (hoy edificio Nieme), estaba el "almacén de abarrotes" de don Jacinto Alday y, en la esquina con la avenida Videla, el antiguo "Bar Atacama", que después se denominó "Bar Santiago" de propiedad de don Pedro León Gallo. En Aldunate con Portales, estuvieron instalados varios negocios entre otros la verdulería de la Petita Castillo, una anciana muy hacendosa a quien todo Coquimbo le quería. Al costado el "Hotel Ovalle", lo que era la casa de don Juan Gumercindo Villalón, uno de los pioneros en hornos de cal en la región. Al frente estaba la bomba de bencina "Shell" que un día se produjo un incendio y casi se quema por completo el encargado don Julio Carmona. Posteriormente, la bomba bencinera pasó a manos de don Pablo Escobar. También figura don Esteban Garlica, quién fue el primer propietario del nuevo "Hotel Ovalle".
Son muchas las tiendas y comercio detallista. Destacó la tienda "El Mago" de don Rodolfo Guzmán. Hubo una inmensa bodega de don José Santos Muñoz, con un amplio surtido de mercaderías y después pasó a manos de don Salomón Nieme, quién fundó en esta ciudad-puerto una distinguida familia que hasta hoy perduran y tengo amigos en esta familia. Antes de ser la "Casa García", funcionó por años el "Bar Europa" y en los altos el Policlínico del Seguro Obrero. Allí funcionó el edificio Pabellón Coquimbo, la "Abastería Porteña", el Club Liberal Democrático Aliancista, la "Chanchería Alemana", la bodega la "Sin Rival". En este mismo lugar estuvo el famoso restaurant del "Huaso Quinteros" y, posteriormente, el "Hotel Coquimbo" de don Bernabé Rivera. En una esquina estuvo la firma "Kulenkampff, Knnop y Cía.", con la venta de repuestos de automóviles y después el almacén y tienda "Chocair".

El Empalme en 1910
El "Hotel Empalme" estuvo en el edificio costado norte en manos del recordado don Manuel Rodríguez y señora Rebeca Sosa. Don Alberto Murakami, de nacionalidad japonesa, que instaló una elegante peluquería y venta de productos japoneses y luego su hijo Akiro construyó un bonito edificio para la boîte y fuente de soda "Bogarin", lugar que ocupó también la Radio Riquelme y la "Habana Club" de don Ricardo Álvarez. Siguiendo hacia la calle Henríquez funcionó por muchos años la primera heladería coquimbana de su dueño don Donato Valencia. Fueron muchos los pequeños y medianos comerciantes que han pasado por el sector Empalme, los que dieron vida a este tradicional y emblemático lugar. En la estación El Empalme además se concentraban los medios de movilización para transportar los pasajeros, góndolas, posteriormente buses, pero lo más llamativo y "romántico" eran los antiguos coches Victoria (llamados así en honor a la Reina Victoria de Inglaterra) y que eran construidas en Coquimbo por el señor Mateo Moore ¡qué hermoso panorama! También ha sufrido varios incendios que arruinaron el sector y prontamente vueltos a levantarse.
Dos veces por semana la Banda de Músicos, alegraba a sus vecinos con alegres retretas, las que sólo eran interrumpidas cuando llegaba algún tren con pasajeros. En esta esquina, los "pijes" de antes esperaban a las buenasmozas coquimbanas para aprovechar de "piropearlas". Luego de terminada la retreta, la banda se dirigía hacia la plaza, seguida por los jóvenes que aprovechaban de dar sus primeros pasos de bailarines. Fueron muchos también los que encontraron la muerte al paso del tren.
Recuerdos de antaño
Así era El Empalme en el siglo pasado. Fueron cientos los comerciantes que se iniciaron acá, algunos con buenas utilidades, otros por corto tiempo. El Empalme será recordado un lugar emblemático donde se concentraba el comercio minorista, un lugar de reunión, el punto de encuentro, hasta que el progreso hizo levantar las líneas y trasladarla a otro mejor destino, pero acá quedaron miles de recuerdos, sueños, ilusiones, amoríos, rencillas, y "tal vez algunas infidelidades". El Empalme fue para muchos su "lugar taquillero", mientras los más acomodados iban al Club Social o Club Radical, el "populacho" se conformaba con ir al El Empalme. Que lindos recuerdos. Hasta más menos el año 40 cubrió el techo que construyó la firma francesa y un temporal lo botó y por muchos años estuvo sin la protección que hoy vemos que por iniciativa de un alcalde pasado, quien estimó junto a su Concejo Municipal levantar una réplica que es la que conocemos hoy, donde cada domingo "Los Menas" nos deleitan con sus movedizos ritmos. El Empalme es parte de la historia de Coquimbo, lugar emblemático y necesita una "manito de gato", regular el comercio ambulante, instalar un tranvía antiguo y hoy vemos una cuadra con rieles que es testimonio de cuando el tren transitaba por calle Aldunate y tantas otras iniciativas que se pueden realizar y hoy, a través de este recuerdo de antaño, le damos el valor de la historia.
Juan Valdivia Tabilo